Para evitar esta peligrosa tendencia, el ingeniero británico Stephen Salter ha propuesto construir un centenar de torres refrigeradoras que disparen gotas de agua salada a la atmósfera, con el objetivo de bajar las temperaturas de las zonas árticas.
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Las corrientes desplazarían las gotitas de sal hasta las nubes, lo que les haría tener un color más blanco, que reflejaría mejor los rayos del Sol y evitaría que lleguen al hielo.
La zona ideal para construir estas torres son las Islas Feroe, un pequeño archipiélago situado entre Noruega, Islandia y Escocia, para aprovechar las corrientes de aire que pasan por la zona.
El coste de las torres sería de unos 240.000 euros y podrían estar listas en un año y medio.
Bunisimo!!!!!!!!!!!! me encanta! al fin el hombre piensa en cosas que no sean destruir y aprovecharse de la naturaleza sin retribuir nada ni pensar en las consecuencias. ojala y esto llegue a ser un hecho. Nos traeria muchos beneficios al planeta :)
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