ZONA CURIO: DETROIT: CIUDAD EN DECADENCIA

Lejos quedan aquellos gloriosos años en que la ciudad de Detroit crecía incesantemente, en los que los rascacielos se alzaban rápidamente y en los que la ciudad tenía una posición privilegiada a nivel internacional.

A comienzos de s.XX la ciudad fue testigo del nacimiento de la Ford Motor Company, por parte de Henry Ford. En pocos años, Detroit se convirtió en la capital mundial del motor. El novedoso sistema de fabricación ideado por Ford, la cadena de montaje, se expandió rápidamente por todos los Estados Unidos.

Detroit como centro industrial internacional

A mitad de siglo, la capital de Michigan contaba ya con 1.850.000 habitantes, era la tercera ciudad más importante de USA y uno de los centros industriales principales.

Un gran número de compañías de automóviles, como Dodge o Chrysler, se habían instalado en la ciudad, que se había convertido en un parking gigante, para dar abasto con la enorme demanda mundial de vehículos.

Producción en cadena del Ford T

Auge de la Michigan Central Station

Fue a partir de los años 60 cuando comenzaron los problemas en Detroit, que aún hoy día continúan.

Los años prósperos de la industria automovilística se habían terminado, y muchos trabajadores de las empresas del motor fueron despedidos.

Muchos habitantes del centro de la ciudad, viendo el imparable crecimiento de la densidad de población, decidieron mudarse a los suburbios y vivir así más tranquilamente.

Además, debido a la gran concentración de personas, los servicios públicos no daban abasto, la seguridad empezó a brillar por su ausencia y la criminalidad comenzó a crecer exponencialmente. Tanto es así que hoy en día Detroit es la ciudad más peligrosa de los Estados Unidos, con 2.137 asesinatos, asaltos o robos por cada 100.000 habitantes, una cifra extremadamente alta. La creciente delicuencia es otro factor determinante que ha provocado que un gran número de personas hayan decidido mudarse a otras ciudades.

Downtown, una de las pocas zonas que se salvan

El exilio ha llegado a tal punto, que en actualmente la ciudad apenas supera los 700.000 habitantes, lo que supone un descenso de más del 60% de la población.

Lo preocupante es que a diario se abandonan decenas de casas, oficinas y edificios, a menudo dejando todo el mobiliario dentro. Muchos edificios públicos, pensados para dar servicio a unos 2 millones de personas, se vuelven insostenibles por la poca recaudación fiscal.

El abandono más emblemático es el de la estación central de ferrocarril, la mítica "Michigan Central Station", un majestuoso edificio que en los años de bonanza se convirtió en el eje central de transportes de la zona. Hoy en día no es más que un gran edificio vacío, abandonado y olvidado.

Otros edificios como comisarías, escuelas, iglesias, hoteles, casinos y bibliotecas también se han convertido en pasto del paso del tiempo y del olvido.

Muchos barrios residenciales ven como sus calles son devoradas por los matorrales, sin que a nadie le importe. A causa del avance de la vegetación son frecuentes los grandes incendios en la ciudad, que asolan un gran número de viviendas que un día fueron habitadas.

En la ciudad ha comenzado en los últimos años un hecho insólito. Cada año, un elevado número de cadáveres aparecen en las viviendas abandonadas, sin que nadie los reclame. Se acumulan en la morgue de la ciudad, donde algunos cuerpos llevan años sin ser reclamados.

Además, debido al gran exilio que padece la ciudad, muchos de los que se marchan quieren llevarse consigo a sus familiares enterrados en los cementerios de Detroit, y llevarlos a su nueva ciudad. Una de cada treinta personas que abandona Detroit es un cadáver.

Todo esto son consecuencias del abandono de la que fue una gran ciudad, y que hoy día lucha por sobrevivir, agonizando.

Os dejo un reportaje de fotografías para que os hagáis una idea de cómo el abandono y el olvido pesan cada día más en Detroit, la que un día fue la capital mundial del motor.